Ya sabéis que nuestros roscones de Reyes tienen justa fama de ser los mejores de Madrid. Pero para inaugurar este blog, vistas las fechas tan especiales en las que nos encontramos, nos apetecía mucho hablaros sobre la tradición de este peculiar y delicioso postre que tanto nos gusta y en el que tanto cariño ponemos en nuestros obradores. Las leyendas y rituales acaecidas ante este manjar son varias, pero casi todas reúnen los tres elementos básicos: La rosca anular, la sorpresa y el haba.
Mesoneros Romanos,un insigne cronista de Madrid, nos describe en su articulo “Un año en Madrid” (1852), el ritual que acompañaba el reparto del roscón en el día de Reyes:
«…. Otra costumbre antigua también muy autorizada en el extranjero, es la ceremonia igualmente halagüeña y filosófica, que celebraban en los banquetes privados el día de la Epifanía con el nombre de “Torta de Reyes”. Reunense, en tal día las familias y sus amigos en alegre festín, a cuyo final es de rigor el que haya de servirse un gran pastel o empanada, dentro del cual se encierra un grano de haba: dividido el pastel en tartas partes iguales como son los convidados, después de cubrirle con una servilleta y darle muchas vueltas para evitar preferencias o trampas se reparte a cada cual uno de los trozos al son de una canción alusiva a la fiesta¸que todos entonan; y aquel en cuyo trozo se encuentre el haba es declarado con grandes ceremonias “rey de la fiesta”, y tiene que elegir entre los concurrentes, sus consejeros y ministros, ordenar los compadrazgos, las reconciliaciones, los agasajos mutuos y al domingo siguiente, convidar a toda la sociedad a otro banquete para dar fin y abdicar en sus manos aquel reinado feliz…»
La costumbre de comer el “Roscón de Reyes” ha perdurado hasta nuestros días, aunque con el tiempo se ha simplificado el ritual hasta dejarlo reducido a un desayuno, comida o merienda en los que, por supuesto, no
Otro ritual, que es el que nosotros usamos en San Onofre, es incluir un rey y un haba: el que encuentre el rey será coronado como tal, y el que encuentre el haba pagará el roscón…. ¿Y por qué esta costumbre? Pues cuentan que el Rey Luis XV (1715-1744), caprichoso y enamorado del gran lujo, encargó a su cocinero un exquisito y extravagante postre con el que sorprender a sus invitados, reyes, nobles cortesanas y amantes. Al parecer, este jefe de cocina era de origen español, y decidió introducir dentro de un rosco una figura del delfín en oro, y nombrar al que la encontrara anfitrión del banquete.
Al rey le gusto la idea y ofreció el riquísimo bollo a sus invitados. Mas tarde fue la nobleza la que adquirió esta costumbre para sus fiestas. De aquí paso a la burguesía y más tarde al pueblo llano, llegando a convertirse en uno de los dulces más solicitado. Esperamos que os haya gustado este repaso por algunas de las curiosidades de nuestro dulce estrella de estas fechas. ¡Los tenemos ya listos para que, como cada año,en todas nuestras tiendas, mantengáis la tradición!