Aquí les dejamos un cuento que explica muy bien porqué creemos que la calidad de nuestros productos es lo más valioso que podemos ofrecer a nuestros clientes. Y porqué utilizamos materias primas de primera calidad. Que lo disfrutéis.
“Había una vez un hombre que vendía unas rosquillas deliciosas. El negocio florecía, tanto, que no tenía tiempo de escuchar radio ni leer el periódico. Menos aún para mirar la televisión.
Un verano llegó de visita su hijo, que estudiaba Ciencias Empresariales, y le dijo: “Padre: ¿usted no escucha la radio ni lee los periódicos? Estamos sufriendo una enorme crisis. Esto se hunde.
Ante esta noticia el padre siguiendo los consejos de su hijo, compró menos ingredientes y de inferior calidad para reducir el coste de su producción de rosquillas. Las ventas fueron disminuyendo día a día y al cabo de poco tiempo, empezó a sufrir pérdidas.
Entonces llamó a su hijo y le dijo: “Tenías razón, hijo. Estamos inmersos en una crisis muy grande.”
Rosquillas de pastelería